El pistacho no es una moda reciente: es uno de los alimentos más antiguos que ha acompañado a la humanidad a lo largo de la historia. Su origen se remonta a más de 7.000 años en las regiones montañosas del actual Irán y Afganistán, donde crecía de forma silvestre.

De alimento real a snack global
En la antigua Persia, el pistacho era considerado un manjar reservado para la realeza. Incluso la reina de Saba, según la leyenda, declaró que los pistachos eran solo para la nobleza y prohibió su cultivo al pueblo. Más tarde, el Imperio Romano lo adoptó, llevándolo a Europa gracias a la expansión comercial.

Expansión mundial
Con el paso de los siglos, el pistacho fue viajando por la Ruta de la Seda, cruzando Asia y llegando al Mediterráneo. Durante la Edad Media ya se cultivaba en países como Siria, Grecia y España. Pero fue en el siglo XX cuando su producción se disparó, especialmente en Estados Unidos, donde California se convirtió en uno de los mayores productores del mundo.

Del desierto al supermercado
Hoy en día, el pistacho se cultiva en zonas áridas y soleadas, desde Oriente Medio hasta el sur de Europa y América. Lo que antes era un lujo de reyes, ahora es un snack saludable y accesible para todos.